jueves, 25 de marzo de 2010

capitulo 9


Óscar y la chica con la que ha chocado se miran con intensidad. Se miran dulcemente. La verdad es que el uno encuentra al otro muy atractivo. Ella lo mira con timidez. Él se muestra seductor.
--que pena contigo... ¿estás bien?
Ella agacha un poco la cabeza:
--si tranquilo...
Él agacha la mirada para coincidir con la de ella. Sonríe.
--me llamo Óscar...
Ella se ríe, levanta la mirada. Un fuego los quema a los dos.
--Rosa... soy Rosa...
--no podía ser de otra manera... –dice él jadeante.
--bueno, pues me voy...
-No, espera te debo una...
Ella es tímida, él es más lanzado aunque tampoco la quiere asustar.
--no hace falta... --dice ella que siente demasiado intenso y teme que Óscar sea de los hombres que se aprovechan de mujeres ingenuas como ella.
A Óscar le gusta mucho esa chica y no se da por vencido. Su cabello al viento, su mejor sonrisa seductora, cara de ángel que derriten a la más fuerte:
--porque no tomamos un café...?
Aunque el chico le parece irresistible no quiere caer en sus redes, trata de mantenerse fría:
--No vas muy rápido?
--sólo es un café, no una cita...
Los dos sonríen.

A media tarde, Enrique va hacia su casa. Alguien lo llama es Ramiro.
--¡¡Enrique¡
El tono de voz de Ramiro es duro. Enrique se le acerca con nerviosismo. Fuerza una sonrisa. Ramiro está muy molesto. Le da un puñetazo:
--¡¡tú eres imbécil o qué?¡¡
Enrique está deseando llegar a su casa para disfrutar de Ana y lo que menos quiere es pelearse con su amigo.
--¿ya te has desahogado? Si está enfadado con algo yo no tengo la culpa... --dice Enrique haciéndose el que no sabe.
--¡¡sólo te venía dar las gracias... ¡¡gracias a ti ahora soy el maricón del barrio¡¡¿¿¿en qué pensabas?
Enrique se hace el inocente:
--bueno no es mentira que te besaras apasionadamente con un hombre, que él te la mamara...
Ramiro se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡ya pero yo creía que era una mujer... eso cambia las cosas mucho ¿¿no?¡ ¡¡además ¿porqué no dijiste que tú lo quisiste violar?
--bueno ya... perdona... te juro que lo hice sin mala intención...
--¡¡pues gracias a ti no voy a poder volver a salir...¿¿¿qué mujer se va a fijar en mi si todo el mundo me llama maricón??
--No seas exagerado...
--¿¿no?¡¡ Me he despedido del trabajo porque toda la mañana me estaban insultando, se burlaban de mi... ¡¡me han rayado el coche escribiendo esa palabra¡¡
--bueno tu tienes la conciencia tranquila...
--¡¡eso díselo a los demás...¡¡ ¡me muero si mis padres se enteran...¡¡ ¡¡yo no puedo estar todo el día diciendo que no soy gay... además no puedo decir que no pasó nada con un tío...¡
Ramiro se lleva las manos a la cabeza.
--te juro que se me escapó...
--¡Espero que fuera por eso y no por rabia porque soy el que más liga de los dos...¡
Aunque ha dado en el clavo, Enrique se hace el ofendido:
--¿¿¡cómo crees?¡ ¡¡además yo ahora estoy con una mujer mujer...¡¡ ¡¡más zorra que tu chico y mujer, mujer...¡
Ramiro siente mucha vergüenza cada vez que piensa en Álvaro:
--¡¡ya deja de hablar de ese maricón...¡
--bueno lo siento... a mi también me dolería estar en tu lugar...
--si tú que eres mi amigo no haces más que reírte de mí, ¿¿¡qué no harán los demás?¡ --le reprocha.
--el tiempo lo olvida todo...
--¡¡yo no...¡¡ ¡¡no sé si me atreveré a estar con otra mujer, me dará miedo que me pase lo mismo y si todo el mundo me lo recuerda... ¡¡mi vida va a ser un infierno...¡
--si puedo hacer algo para que te mejores...
--¡¡no ya has hecho bastante --dice herido-- vine a despedirme...¡
--¿te vas?
--¡¡claro que sí, yo no voy a ser el maricón del barrio...¡ ¡empezaré de nuevo en otro sitio en dónde nadie dude de mi hombría¡
--¿y dónde vas?
--aún no lo sé. Tal vez no nos volvamos a ver...
--tampoco seas tan rencoroso...
--No es por eso, es que me da horror pensar que ese maricón puede estar cerca vestido de hombre normal y yo no lo reconozca ¿¿te imaginas? Si supiera quién es pues no pasaría nada, pero no tengo ni idea de quién puede ser....
--si claro... porque supongo que tú no conocerás a ningún maricón...
--no ¿¿¿por quién me has tomado? –molesto.
Pero de repente a Ramiro se le cruza en su mente ese chico que lo miraba tan insistentemente en el urinario.
--No, no puede ser --murmura.
--¿de qué hablas? sabes quién puede ser...?
Ramiro habla para sí.
--No es él... sería demasiada casualidad... Además yo creo que lo hubiera reconocido, y tenía cara de buena persona... No, no puede ser...
Los amigos se despiden con cierta frialdad.

Por otro lado, Óscar y Rosa están muy a gusto juntos. Alargan el café. Él le cuenta muchas anécdotas de su vida. Ella ríe mucho y le se olvida el miedo hacia ese hombre tan guapo. Luego salen a dar una vuelta.
--¿porque no me das tu teléfono?
--Yo es que....
Él la mira dulcemente:
--no me tengas miedo...
--No, no es eso. Es que yo creo que...
Él le pone los dedos en los labios:
--no me gusta pensar las cosas, te juro que no busco sexo. He pasado una mala experiencia, sólo quiero sentirme valorado, querido.
A ella le convence. Empieza a decir el número. No le da tiempo a anotarlo. Agarra su celular:
--me lo repites?
Él la mira muy seductor, ella con timidez pero no quiere renunciar a lo que le está haciendo sentir.

3 meses después... Álvaro no deja de pensar en Ramiro. Tiene guardado como el mejor de sus tesoros el boxer que llevaba la última vez que lo vio. Está en casa de Kyra, la mujer mira a su amiga con desprecio:
--eres un poco guarra ¿no? ¡¡lava esa cochinada...¡¡
Álvaro se aferra a esa prenda como si fuera el propio Ramiro:
--no, lleva SU AROMA... Es como tenerlo a él...
--¿hasta cuándo con eso? No es que ese centro multimedia estaba lleno de macizos...?
--si así era pero parecen que todos han desaparecido o será que después de estar con un hombre como Ramiro pues todos me saben a poco... A veces me parece que no voy a volver a encontrar a un hombre como él...
--tú no te cierres...
--si no lo hago... si te juro que estoy pendiente... Nada me gustaría más que enamorarme de un tío bueno pero si ese macizo no aparece... ¿¿qué hago?
--bueno, la esperanza es lo último que se pierde... ¡¡y quita esa cochinada¡¡ ¡cómo huele¡ --dice Kyra divertida refiriéndose a los calzoncillos de Ramiro.

Esa tarde, Álvaro está como siempre en el centro donde se conecta internet. Todo es normal pero de repente todo se ilumina. La presencia de un macizo como jamás ha visto otro lo llena totalmente. Es muy guapo, muy varonil. Con melena rizada, es como más le gusta.
--Lástima que tenga el pelo recogido.
Sin darse cuenta que se ha convertido en el objeto del deseo de Álvaro, Óscar entra en ese centro. Va acompañado de Rosa.


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