lunes, 29 de marzo de 2010

capitulo 40














Oscar y Regina están los dos a solas. Se besan. Se miran con deseo. Regina desea todo de él pero aceptará lo que él le ofrezca. Oscar la ama, la desea. Hace mucho tiempo que no está con una mujer y desea hacer el amor con ella pero tiene un compromiso. Llevaba tiempo esperando que llegara su boda por el desahogo sexual que eso implicaría y no quiere traicionar a Rosa haciendo el amor con otra mujer cuando falta tan poco para la boda. Se besan apasionadamente. Ella lo mira como si fuera un dios, él está feliz. Nunca nadie lo ha mirado de esa manera. Él la acaricia:
--¿qué esperas de mí? creo que tú esperas de mi más de lo que soy...
--No porqué yo sólo espero de ti lo que tú quieras darme... te juro que el día que tú me digas que no me quieres ver no me volverás a ver, no te haré las cosas difícil... Soy feliz a tu lado de la manera que tú me quieras y lo que desea es disfrutar contigo, compartir un rato de tu vida, quiero hacerte feliz. No quiero complicarte la vida...
Él la acaricia emocionado:
--gracias... gracias por quererme tanto...
Los dos se besan apasionadamente. El ambiente se caldea. Los dos se acarician demasiado, Regina jadea al ser toqueteada por lugares íntimos. Oscar trata de luchar contra sus instintos, trata de callar su enorme apetito a ella. Se aparta de ella, se lleva las manos a la cabeza. Esta sofocado.
--¿pedimos esa pizza?
--venga...
Los dos buscan el número juntos, vibran solo de mirarse de tocarse. Mientras esperan la pizza van hablando.
--¿porque no me llamaste...?
--porque la distancia era necesaria para no dejarnos llevar por un calentón... tranquilo, si no me puedes dar un rincon en tu vida lo acepto.
Los dos se devoran, se besan. Caen en el sofá. No se quitan la ropa pero se comen a besos, se tocan bien. Regina siente el arma de Oscar muy dura. Todo ha vuelto a ser como antes y lo mejor es que ahora no hay que poner límites, ahora no se tiene que frustrar. Oscar desea hacer el amor con Regina más que nada pero no quiere luego arrepentirse. Sabe que no se atreverá a mirar a Rosa y aunque trata de decir a a su cuerpo que frene es imposible. Los dos están en el sofá gozando del placer que les da sus cuerpos... ya empiezan a desnudarse. Y tocan al timbre. Oscar se levanta sofocado.
--¡¡la pizza¡
Él va a abrir con los pantalones desabrochados y muy despeinado. Ella queda en el sofá frustrada, Óscar se siente aliviado por la interrupción. Eso le dará un tiempo para que las cosas se enfrien, para no dejarse llevar. Para estar seguro de lo que hace. Él se mantiene distante mientras comen la pizza, no la mira. Ella tiene los ojos clavados en él. Sabe que su sueño no será eterno, que llegó tarde a su vida, que ese hombre está de paso en su vida pero está dispuesta a disfrutarlo todo lo que se pueda. Ella aparta los restos de la pizza, se pega a él.
--ahora sí ya no tienes excusa...
Él sonríe, la besa.
--¿que voy a hacer contigo...? --dice él con ternura.
Regina se levanta.
--llevo mucho tiempo esperando esto... tú y yo tenemos una deuda pendiente...
Él la mira intrigado. Ella empieza a bailar muy sensualmente, lo seduce con sus movimientos mientras que poco a poco se va desnudando. Él no se mueve. Ella está cerca de él pero no se tocan. Él está a 1000. Ella también está muy cachonda, le excita mucho el deseo de él.
--No me hagas esto... --jadea él a ella que se ha quedado en sujetador.
Ella se lo quita, se lo tira a la cara. Ha deseado tanto poder desnudarse libremente ante un hombre que le gustaba y no ver horror sino deseo en su mirada. El deseo tiene paralizado a Oscar, Regina se queda desnuda ante él. Se le hace raro estar así ante un hombre y que él la desea. Oscar no se mueve, sabe que si hace algo será su perdición. Ella toma la mano de él y se acaricia los senos... los dos vibran... Es la primera vez que un hombre la toca y le gusta más de lo que pensó...
--esto no está bien --jadea él-- no quiero sentir que abuso de ti.
Ella pega su cuerpo al de él:
--una vez y si no me quieres volver a ver más me voy...
Sin desnudarlo ella le agarra el bulto del paquete. Oscar siente que va a enloquecer si no sacia sus instintos. Mientras ella le saca la camisa y saborea su pecho, él se desabrocha los pantalones como una bestia, tiene su herramienta en la mano tocando el sexo de ella.
--luego te irás de mi vida... Júramelo. --dice él.
--te lo juro.
Él se clava en ella con violencia, como si quisiera lastimarla para darse placer solo así mismo, para que ella no quiera volver a verlo. Regina grita, es un grito de felicidad, siente que se va a romper. Aunque le ha dolido es mucho el placer que siente al sentir dentro de ella al hombre que ama. Muchas veces soñó como sería su primera vez pero es mucho más hermoso de lo que pensó porque lo está compartiendo con él. Oscar es agresivo. Le cuesta controlarse. No lastimarla. Regina siente un placer infinito aunque también dolor. Los movimientos de cadera de Oscar son bruscos pero poco a poco los suaviza. Se ha dejado llevar por sus instintos y se ha comportado como un animal en celo pero después es muy dulce, lo vence el amor de ella, su inocencia, sentirla temblar, verla llorar, disfrutar como si fuera algo nuevo para ella. Lo que en principio es solo un polvo es especial para Regina y eso a él la conmueve. Al final ambos logran una perfecta unión de cuerpos y almas.

Ella queda desnuda en el sofá después de hacer el amor. Él la mira con los pantalones y los bóxers en las rodillas. Aún le dura el orgasmo.
--pensarás que estás loco pero juraría que ha sido tu primera vez... aunque no lo ha sido... pero mucha experiencia no tienes... Lo he notado...
Ella lo acaricia casi en shock:
--sé que siempre pensaste que soy una perdida pero no lo soy... soy una mujer que te ama... Esta noche ha sido la más hermosa de mi vida, me has regalo el momento más feliz de mi vida y estaré en deuda contigo... Soy tuya y lo seré hasta la muerte.
Oscar se siente culpable, siente que la está engañando. Se levanta y mientras se sube los pantalones le dice con una voz débil:
--mañana me caso...
Regina se esperaba todo menos eso.
--¿¿qué?









Regina no esperaba que Oscar la recibiera con una noticia como esa. Ella llora. Él llora al verla así. En cuclillas la besa la mano. Le acaricia el pelo:
--lo siento... Te juro que no te quería hacer daño...
--Tu felicidad es mi felicidad y si tú eres feliz yo estoy contenta...
Él la mira con pena, siente su dolor:
--estás mintiendo.
Ella lo acaricia, lo besa.
--no te niego que me gustaría casarme contigo pero eso es un imposible... tú eres demasiado para mi...
Él le acaricia la mejilla. Con mucha ternura dice:
--no digas eso...
--Es así, yo me conformo con ser tu amante...
--no debes humillarte por mi... –dice él sorprendido y cariñoso.
--el amor no humilla...
--lo siento. En serio que siento no poder corresponder a lo que tú sientes... Me gustaría hacerlo pero tengo un compromiso...
--no me esperaste --dice ella.
--tardaste en regresar...
Los dos se miran con tristeza.
--te has acostado con ella?
--No... desde las cositas que me hacías no he vuelto a hacer nada...
--en serio?
--porque te iba a mentir...?
--es cierto, yo no soy nada en tu vida...
--eres la mujer que amo.
Los dos se besan apasionadamente.
--me tengo que ir... No nos volveremos a ver...
Eso a los dos les parte el alma.
--quédate conmigo...
--Sería peor...
Los dos se abrazan y los dos lloran en silencio. Él la acaricia:
--siempre pensaré en ti...
--Me has regalado parte de tu vida, con eso me has hecho feliz --ella.
El sonríe. La besa apasionadamente. Él va a la puerta. Antes de salir la mira con tristeza. Sonríe aunque está roto por dentro. Cuando él se va ella llora deshecha. En el ascensor él llora como un niño y da golpes al ascensor con rabia.
--¡¡¿¿porqué llegaste tarde, porqué?

Las horas pasan rápido. Oscar espera en la iglesia. Le sorprende ver a su hermano. Lo va a abrazar:
--creí que no ibas a venir...
Cristian no acepta el abrazo:
--¡¡lo quiero que recuerdes mi cara de dolor cuando hagas tu esposa la mujer que amo...¡
Oscar se queda aturdido, no hace más que pensar en Regina. Llega la novia, de blanco. Feliz del brazo de su padre. Le duelen las lágrimas de Cristian pero solo piensa es su sueño. Los novios se toman de las manos y Oscar sólo tiene a Regina en su pensamiento. LLora, Rosa se da cuenta que son lágrimas de dolor y le angustia.

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