¡que bueno estuvo el cap¡
Regina despierta a Kyra.
--¡¡despierta, despierta¡¡
--¿¿qué pasa?¡
--Óscar está por llegar...
--que bueno así que devuelve mi coche...
--¡por favor, tienes que irte, si él sube primero que estemos a solas...¡
Kyra se incorpora en la cama:
--ojo con lo que haces... No te creas el cuento que eres mujer mujer...
--No haremos nada... Sé que él me respectará, que tendría que ser yo la que diera el primer paso y yo sólo daré todos los pasos para verlo desnudo a él...
--bueno, pero me lo puedes presentar...
--mejor no...
--¿cual es el problema que quieres estar sola o que te avergüenzas de mí?
--No es que me avergüence de ti pero eres un poco rara...
--¡¡como tú¡¡
--pero a mí no se me nota y a ti sí...¡¡ ¿¿y si sospecha?
--Aunque seas mujer puedes tener una amiga como yo...
--No porque ¿y si me hace preguntas? Kyra por favor... No quiero la minima duda en él...
--No podrás engañarlo toda la vida...
--¡¡lo sé pero mientras dure quiero intentarlo, quiero ser feliz...¡¡
Las dos amigas se miran con una seriedad no característica en Kyra.
--por favor, no te enfades conmigo.
Kyra sonríe:
--Yo no quiero que te estrelles pero sabes que siempre haré lo que tú me digas... Pero es una locura que lo traigas aquí... ¿y si habla con algún vecino?
--Ni modo que lo lleve a mi casa... Ya iré con cuidado... No lo dejaré solo mientras entra o sale...
--espero que todo te salga bien...
--Sin él me muero... me muero...
Kyra no cree que el chico de los rizos sea diferente para su amiga pero no le dice nada. La apoya en todo lo que decida. Las dos amigas se abrazan.
Regina está sola en el balcón. Lo espera. Su corazón late con fuerza al reconocer el coche de su amiga.
--¡¡es él... es él...¡
A Regina le parece un sueño que el chico de los rizos la vaya a visitar, que ella sea libre de ir hacia él y hacer lo que le dicten sus impulsos. Óscar sale del auto y sonríe al ver a Regina. Va hacia ella. Ella corre y se le lanza en sus brazos.
--¡¡upa¡ --dice él con una sonrisa.
--Te eché de menos...
Y Regina lo besa apasionadamente. Él no se resiste.
--tranquila, tranquila... aquí no... Recuerda que tengo novia...
Regina lo ha tocado bien, se aparta de él.
--Lo siento... yo no quería...
--tranquila, la culpa es mía... Yo creo que mejor me voy...
Él le pone las llaves en la mano. Ella lo mira llorosa. Él se toca el pelo. Se siente culpable.
--¡¡entiéndelo¡¡ ¡¡no quiero lastimar a mi novia, a ti...¡¡
--¡¡a mi me lastimes si me dejas...¡
--Regina tú y yo somos un hombre y una mujer... no podrás controlar tus sentimientos... No quiero hacer algo de lo que no me vaya a repentir...
--¿crees que soy una perdida?
--No digas eso.
--Vale que me gustes, que me guste hacer cosas contigo pero no quiero hacer el amor contigo. No sí eso te hace sentir mal... Te doy mi palabra... Seré buena... No dejaré que me toques... hasta te daré una paliza si te pasas conmigo...
Óscar sonríe seductor:
--Me lo prometes?
Y ella está encantada de que las cosas se le den tan fácil:
--prometido.
Él sonríe, ella lo abraza. Lo besa. Él sonríe.
--deberías controlarte...
--No puedo...
--Yo te iba a invitar a un café pero así no podemos ir a ningún sitio. Yo tengo novia y no me puedo arriesgar a que alguien nos vea así...
--Me podré controlar...
--No, no podrás... te estoy empezando a conocer y sé que eres muy apasionada... --dice él seductor.
--¿y entonces?
--debería alejarme de ti...
Ella se entristece, él le acaricia el pelo:
--pero no puedo... Me gusta estar contigo...
--podemos hablar sólo...
Al oído él le dice:
--¿y si me haces esas cosas ricas que me hiciste ayer?
Los dos se miran con complicidad.
Los dos suben juntos, solos en el ascensor. Se miran con deseo.
--¿ahora sí te puedo tocar? --le dice ella con ironía.
--todo lo que tú quieras --responde él guiñandole el ojo.
Ella se le lanza al cuello. Él se guarda las manos a las espaldas para no dejarse llevar por la pasión. El ascensor se para.
--ya llegamos... --dice él tratando de salir de los brazos de la apasionada mujer. Entran en la casa.
--¿has desayunado?
--No...
--pues te voy a preparar un rico desayuno para que veas que sé hacer más cosas...
Él le guiña el ojo. Ella va a la cocina le parece que está viviendo un sueño. Le prepara unas tostadas con café. Le va haciendo preguntas sobre como le gusta el café,... Óscar responde mientras va mirando la casa. Regina está encantada de estar atendiendo al chico de los rizos como si fuera su marido.
--¡¡es un milagro, es un milagro¡ ¡¡tiene que ser mi ángel, tiene que haber llegado a mi vida para hacerme feliz...¡
Regina llega al comedor con una bandeja para su guapo chico.
--hum... que bien huele esto...
Regina le deja la comida en una mesita de revistas que hay frente al sofá.
--oye, ¿estos quienes son?
Óscar le muestra una foto de Kyra y Álvaro. Señala a Álvaro:
--te das un aire ¿quién es?
Regina está pálida. No quiere que su sueño acabe en pesadilla, no quiere que acabe nunca.
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