jueves, 25 de marzo de 2010

capitulo 14







A Óscar le gusta las cosas ricas que le está haciendo Regina, le excita la pasión con la que lo hace, aunque no cree que pueda ser eso, parece una mujer ansiosa de sexo, una mujer que lo hace sentir un Dios y eso le gusta. Temblando Regina le descubre los genitales. Esa gloriosa lanza se alza ante sus ojos.
--¡¡que maravilla...¡¡ --susurra ella impresionada.
Está segura de Óscar y no quiere ir rápido. Quisiera que ese momento durara toda la noche. Le da pequeños mordisquitos mientras acaricia con suavidad los testículos, lo nota muy excitado. Los gemidos de él la excitan a ella y mucho. Le encanta esa olor, llena esa parte de besos, de pequeños lametones, lo saborea como el mejor de los dulces. Óscar le acaricia la cabeza mientras va jadeando cosas como:
--así pequeña, muy bien... qué bien lo haces...
Regina se la mete en la boca, primero poco a poco, luego la traga entera. Intercala movimientos bruscos con suaves, con caricias, con mordiscos...
--joder... qué bien la mamas...
Regina está gozando mucho de lo que está haciendo, además las palabras de él la excitan. Un fuerte jadeo de él indica el final:
--¡me corro, me corro¡
Óscar le da opción para que se aparte pero Regina lo vive todo con intensidad. Lo quiere saborear. Aquel día que lo vio en el lavabo nunca pensé que llegaría a beber de él, que su semen estaría en su boca, que lo saborearía. A Óscar le sorprende que la joven trague su esperma, es algo que ya la mayoría de chicas no quieren hacer. Además no solo lo traga, primero lo saborea. Es algo que a él le pone cachondo. Piensa que hacer el amor con una mujer así debe ser una experiencia única pero es algo que no quiere que pase. Regina se traga el líquido seminal de Óscar con gusto.
--¿te gusta? --le pregunta él coqueto.
--Me encanta...
Ella lo quiere besar. Él se ríe.
--¡¡no, ahora ni loco...¡
Ella lo mira divertida:
--es algo tuyo... no tiene nada de malo...
--Para mi si... anda que tú tienes un peligro... --dice él divertido.
Regina lo besa en el cuello:
--eres tú el que me pones loca...
Óscar se la saca de encima:
--cuidado que te conozco... eres capaz de dejarme marca...
Regina lo mira feliz:
--me portaré bien...
Óscar se guarda su tesoro, a Regina le encantaría que no lo hiciera.
--¿satisfecha?
Ella lo mira con cariño, lo acaricia:
--mucho pero no creas que solo era esto lo que buscaba... te juro que tu amistad es muy importante para mi, he pasado un muy buen rato contigo y no sólo por eso... --dice mirando ese aparato que está desapareciendo.
Los dos se sonríen con complicidad. El le da un beso cerca del labio:
--lo sé, yo también me lo he pasado muy bien...
--Yo quisiera que esta noche no acaba nunca...
--Yo te juro que voy a tarda en olvidarla --dice seductor.
--Yo no la olvidaré en la vida...
Él le guiña el ojo:
--extraña mujer tú...
Regina lo mira con miedo:
--¿porqué?
--Porque eres una mujer muy bella que debes haber tenido a tus pies a todos los hombres que has querido y en cambio parece que estás descubriendo algo nuevo, me tratas como si fuera el único hombre...
Ella le pone las manos en las mejillas y sonríe:
--lo eres para mi los eres...
Él está muy emocionado, la besa en los labios pero no muy profundamente.
--ahora si, en marcha... Dime donde vives...
Regina no lo piensa, le dice la dirección de Kyra. Luego piensa que fue un error pero ya está hecho. No quiere mentir más, a Óscar lo quiere seguir viendo. De Óscar nunca quedaría suficientemente llena. No se dicen nada en todo el trayecto pero se miran con deseo, con una sonrisa.


Óscar y Regina han llegado a casa de Kyra.
--sana y salva, a tu casa... --dice él mientras le entrega las llaves.
--Gracias, gracias por todo... Te juro que nunca había sido tan feliz.
Él sonríe:
--exagerada...
Se besan apasionadamente. Salen a la vez. A ella le encanta que sin decirle nada él la acompañe hasta el edificio. Caminan bajo la luz de la luna, tan juntos, tan amigos, Ella vibra. Está encantada. Ella le mira la hora, le encanta que él la trata como una amiga, le gusta estar tan cerca de él.
--que tarde es... Por mi culpa mira lo lejos que estás en vez de tan tranquilo en tu casa sin hacer nada...
Él la mira con ternura:
--es verdad, la verdad es que me pilla algo lejos. Casi no sé como llegaré...
Ella quisiera pedirle que pasará la noche en su casa y él teme que se lo pida porque le va a decir que sí y tiene miedo de lo que pueda ocurrir. A Regina ya le va bien el trato que tiene de que ella no se quite la ropa, asa que prefiere no abusar, no hacer algo que haga que él quiere romper el trato. Se le ocurre algo con lo que mataría dos pájaros de un solo tiro. Le pone las llaves en la mano:
--llévate mi coche...
--¿seguro?
--si claro, mañana me lo devuelves... así tenemos una excusa para volver a vernos...
--Tú no necesitas una excusa para verme... Somos amigos, me puedes llamar siempre que quieras...
--¿en serio?
--Tienes dónde anotar?
--si claro...
Él le dice el número y ella lo anota.
--cuando me llames pues ya tendré tu número... te juro que ahora te necesitaré seguido...
--aquí estoy yo...
Los dos se miran, se sonríen. Se besan apasionadamente.
--bueno, ahora me voy...
Ella se lo queda mirando.
--No, entra tú. Me quedo más tranquilo si te veo entrar...
--está bien...
Ella entra, se queda en el portal. Él entra en el coche, antes de arrancar la saluda. Óscar se aleja satisfecho, tratando de no sentir culpa. Regina corre hacia Kyra. Ésta la espera ansiosa.
--¡¡soy la mujer más feliz del mundo...¡¡
Regina la abraza saltando y Kyra salta con ella. Regina no cabe en sí de alegría.
--¡¡parece un sueño... parece un sueño...¡¡
--¿¿qué son novios?
--No claro que no... él tiene novia... ¡¡pero nos besamos... se la chupé¡¡ ¡¡ha sido lo más rico de mi vida...¡¡ ¡¡y es mi amigo...¡¡¡¡es el chico más maravilloso del mundo...
--es un cerdo que engaña a su novia...
--No, ella es virgen...
--vaya, ya son dos... --dice Kyra con burla
--pero ella porque quiere... él no la quiere engañar... ¡¡a él le podré hacer lo que quieras sin que él me toque¡¡ ¡¡yo me quedé a gusto y no me tocó...¡ ¡¡tiene miedo de querer algo más y a mi me va genial...¡¡ Es tan dulce... parecía mi novio, me ha acompañado hasta la puerta...
Kyra lo mira sorprendida:
--¿lo trajiste a mi casa...?
--si claro... y le dejé tu mi coche...
--Mi coche?¿con un desconocido...?
A Kyra no le hace nada de gracia, aunque se lo toma a risa todo. Hace que se desmaya.

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