lunes, 29 de marzo de 2010
capitulo 31
Felipe se golpea los puños para no golpear a Álvaro .
--¡¡si te vuelvo a ver, te mato¡¡
--tranquilo. Ya tenia pensando irme esta misma noche...
Felipe no le dice nada, no le hace nada pero a Álvaro le duele mucho su mirada de asco que es tan dura como la de Ramiro cuando descubrió la verdad. Sabe que a Óscar le pasaría lo mismo si descubriera su secreto. No soportaría ver en el chico de los rizos esa mirada de desprecio hacia ella.
--en él no, antes muerta... –dice para sí.
Álvaro, cuando Felipe se ha ido y sin cerrar la puerta, cae en el piso llorando por la humillación de no tener el cuerpo que esperan los hombres que le gustan, llora por no ser una mujer normal que pueda aspirar al amor de Óscar.
--¿¿porqué él no puede ser para mí?¿porqué?
A primera hora de la mañana, Óscar siente un gran necesidad de ver a Regina. Saca a Kyra de la cama. Ésta lo recibe en bata y sin maquillar. Su aspecto de hombre sorprende a Óscar.
--¿Kyra?
--si pasa... ¿a caso crees que duermo con peluca?
--no claro...
A Kyra le sorprende la visita de Óscar.
--¿qué quieres?
--¿Y Regina?¿regresó?
A Kyra le sorprende la mirada de ternura de él.
--¿es que se enamoró? --piensa.
Pero es consciente que si Óscar siente algo por Regina es por la Regina mujer. La mirada de horror con la que mira le hace ver que nunca aceptaría a Regina con su verdad por lo que decide que es mejor que las cosas se quedan tal y como están. Es muy fría con él.
--¡¡no, no se nada de Regina¡¡ ¡¡olvídala... ella no existe...¡
Kyra le va dando empujones para que se vaya. Óscar se resiste. No quiere irse sin saber de Regina.
--pienso mucho en Regina... Me gustaría verla, hablar con ella...
Kyra teme que Óscar vuelva a buscar a Regina cuando ella esté y la haga cometer una locura así que para desengañar al guapo chico de los rizos dice:
--¡¡ella no piensa ya en ti... ella te olvidó... se fue a Argentina está viviendo con un hombre... es muy feliz... hace mucho que dejó de pensar en ti...¡¡
Las palabras de Kyra destrozan el alma de Óscar.
--lo siento... no te volveré a molestar...
A Kyra le sorprende el dolor de Óscar.
--si Regina supiera --piensa para sí.
Tras la puerta lo oye sollozar.
--es lo mejor para ti... créeme --dice pese a que él ya no la oye.
Óscar se va muy herido. Se friega los ojos.
--¡¡no voy a llorar... no voy a llorar¡
Justo en la puerta del edificio se encuentra con esa vecina gorda.
--¡¡maricón¡ --le dice ella con desprecio.
Óscar siente mucha bronca que descarga en esa vecina:
--¿¡¡se puede saber yo qué le he hecho?¡
La mujer lo bofetea:
--¡¡tu sabes¡¡
--¡¡ya me tiene harto... diga todo lo que me tenga que decir y olvídese de mi¡¡
Y la vecina está encantada de decirle en su cara todas sus verdades.
Regina, sin imaginar que su amado la estaba buscando, llega ya al aeropuerto. Se va a Argentina con un sabor amargo en los labios pero con una experiencia bonita en sus recuerdos. Felipe por su lado se siente muy mal. Siente que le han clavado un puñal. Llora sangre. Pese a ser de madrugada Nicolás se acerca a casa de él. Se asusta al verlo tan mal.
--¿¿qué pasó amigo?
Felipe llora. Nicolás lo abraza.
--¿que te pasa...? Me asústate cuando me llamaste pero no esperaba verte tan mal...
Felipe no tiene consuelo.
--¡¡¡soy una basura... una basura... ¡no sirvo para nada...¡¡ ¡¡soy un maricón...¡
--¡¡¡eso no es cierto... tú eres bien hombre...¡
Felipe llora herido:
--no es verdad... no valgo como hombre... debería estar muerto.
Nicolás lo acaricia muy fraternalmente:
--no digas eso...
--¡¡ninguna mujer se va a fijar en mi...¡¡
--¡¡claro que sí¡¡ ¡¡Pero qué pasó?¡
Felipe siente demasiado vergüenza y no le quiere ni contar a él.
--no puedo...
--nosotros siempre nos lo hemos contado todo...
--esta vez no... ¿me quieres hacer un favor?
Felipe habla con mucha amargura y es algo que asusta mucho a Nicolás:
--lo que quieras...
--quédate a mi lado, pero no hagas preguntas...
Felipe llora en hombros de su amigo que lo acaricia en silencio.
Por otro lado la vecina de Kyra le dice a Óscar:
--¡¡ya estoy harto de hombres que se creen mujeres como la tal Kyra, usted...¡¡
--¡¡está loca¡¡ ¡¡yo soy bien hombre...¡¡
La mujer se le ríe:
--¡¡con esos pelos?¡¡ ¡¡ja¡ ¡¡¿y con esas amistades?
--¡¡Kyra no es mi amiga...¡¡ ¡¡yo estoy aquí por Regina...¡
Y la vecina le iba a decir que Regina es un travesti cuando llega su marido y temiendo que su esposa se meta en un lío se la lleve pese a que gruñe. Óscar está demasiado triste como para pensar. Va a buscar a Rosa. Le lleva un ramo de las flores que llevan su nombre. Rosa las recibe emocionada.
--mi amor... ¿y esta sorpresa?
Óscar no dice nada, la estrecha entre sus brazos y la abraza. Aunque cierra los ojos y sólo piensa en Regina. Rosa está feliz. Él fuerza una sonrisa. Ella lo acaricia con deseo.
--que apasionado... yo te notaba distante, tenía miedo de que me quisieras dejar...
--¿y porque te iba a dejar=
--no sé, me muero sin ti... ¡¡no me dejes nunca¡¡ --dice ella abrazada a él.
Llevado por el despecho y por la compasión él le dice:
--¡¡siempre juntos¡
Óscar está muy herido, se aferra a Rosa con desesperación pese a que no puede olvidar a Regina.
--la voy a olvidar... --dice para sí con mucho dolor.
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